Tragedia y farsa

Tragedia y farsa

Una gran parte de la izquierda, ocupada en (necesarias) batallas culturales, ha descuidado la lucha por los derechos sociales y económicos, y se ha mostrado incapaz de canalizar el malestar de las clases subalternas y de organizar la respuesta en el nuevo marco de la lucha de clases en un mundo globalizado. No es que las bases obreras tradicionales de la izquierda se hayan pasado a la reacción. Más bien han decidido quedarse en casa desencantadas con las propuestas que la izquierda les ofrece. La derecha, mientras, cierra filas y pesca en los caladeros de las clases medias irritadas y de sectores populares poco ideologizados, pero conscientes de la riada que los ahoga. En la desesperación y la rabia de esos muchos se incuba el huevo de la nueva serpiente.

El País (13.11.2016)