Ni el fracaso hace reflexionar

Ni el fracaso hace reflexionar

En resumen, cuando la política pierde su carácter de hacer propuestas que, aunque diversas y confrontadas ideológicamente y programáticamente, sean rigurosas, se abre paso el caudillismo y la politiquería más burda que considera a la gente tan absolutamente cretina que sólo es capaz de mirar y seguir el dedo que le manda lo que debe hacer. Y en esas estamos.

La República (7.12.2018)