¡No al diálogo!

¡No al diálogo!

Cree que, porque ella considera justa su causa, la causa está por encima de la ley. No ha entendido ni una palabra de la democracia. Si así fuera, cualquiera estaría legitimado por sus valores subjetivos o su sentido de la justicia a cumplir o a incumplir las leyes. Pero si cualquiera lo pudiera hacer, ¿qué diferencia habría entre la ley de la selva y esa idílica democracia de Ada Colau, Artur Mas y Quim Torra?

Libertad Digital (15.02.2019)