Variantes conservadoras

Variantes conservadoras

La buena disposición intelectual atiende antes al cómo se defiende que al qué se defiende. Las instituciones se han de medir por sus resultados y las ideas o las propuestas por la calidad de los argumentos que las sostienen. Por eso resulta tan reaccionario el “de qué se habla que me opongo” como el “de qué se habla que me apunto”. En ambos casos se procede por reacción, sin pensar. Irracionalmente.

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El Mundo (6.02.2020)