Recuerdo la película de Eisenstein, el gran cineasta soviético La Línea General: lo nuevo y lo viejo. Pero allí se derribó un mundo caduco, zarista, feudal, bélico, para intentar la construcción del socialismo, y en el tiempo actual nadie se propone transformar el mundo, como exigía Marx. Los objetivos de la izquierda son mucho más modestos: aumentar en 8 euros el salario mínimo interprofesional, prolongar las prestaciones de los ERTES, la más arriesgada de todas: la renta básica universal, parece escandalosa y, desde luego, los que mandan en la Unión Europea no van a aceptarla.
Crónica Popular (10.05.2020)
