La febrícula de Pere Aragonès

La febrícula de Pere Aragonès

Entre tanto, la hegemonía dentro del campo separatista sigue en disputa. Junts es una olla de grillos, y solo el regreso desafiante de Carles Puigdemont a España, si la justicia europea le diera la razón en todo, podría propinar un golpe en el tablero que le devolviera su sentido. Pero en ERC tampoco pueden limitarse a esperar la implosión de sus rivales ni arriesgarse a caer en el vacío en el momento que solemnicen el fracaso del diálogo con el Gobierno. Por eso, a medida que se acerquen las municipales, intentarán que su parroquia coja algo de febrícula, de calentura, para que regrese el gusto por la protesta, la agitación de la calle en torno a esos falsos “grandes consensos” (inmersión y referéndum). Un programa triste y ya muy gastado, sí, pero no tienen otro.

Crónica Global (16.02.2022)