Adiós a las armas

Adiós a las armas

Pero romper el tablero cuando el adversario hace trampas no soluciona nada a corto plazo (si acaso, le deja las manos más libres todavía al tramposo) y, a medio o largo plazo, deja inermes a aquellos que más necesidad tienen de las garantías de un marco legal que reconozca sus derechos, aunque luego tengan que currárselos día a día, procurando no volver a «amodorrarse» ni dormirse en los laureles. Porque siempre hay que seguir el consejo de Goethe: «Lo que habéis heredado volvedlo a ganar a pulso o no será vuestro.»

Crónica Popular (13.12.2020)