Cada vez que el votante de izquierdas de este país se ve delante de las urnas suele asaltarle la misma duda. No necesariamente en forma de dilema: en muchos casos, como el actual, la cuestión se plantea en forma de trilema (duda, no entre dos, sino entre tres posibilidades): a) concentrar el voto en el partido de izquierdas (o presuntamente tal) que parece tener más posibilidades de ganar; b) votar al partido con cuyos postulados más se identifica uno, aunque se sepa de antemano que no tiene posibilidades de victoria; c) abstenerse.
AIREs – Editorial (15.07.2023)