Fanatismo (Martín Alonso)

Martín Alonso. Catedrático de Filosofía de Instituto En este caso voy a empezar con una cita que ilustra bien lo que quiero decir, dice así: “Los propios teólogos debaten entre sí sobre temas divinos con espíritu de gladiadores y con odios muy fuertes acerca de la caridad”. Voy a repetir la cita: “Los propios teólogos debaten entre sí sobre temas divinos con espíritu de gladiadores y con odios muy fuertes acerca de la caridad”. Las palabras son de Luis Vives de hace cinco siglos y expresan muy bien de qué trata el fanatismo, qué es un término de origen religioso pero que hoy usamos para referirnos a cualquier conducta guiada por motivos ideológicos. Lo que caracteriza al fanatismo no es el contenido, no es que se sea de derechas o de izquierdas, religioso o laico, negacionista climático o ecologista, sino la manera de sostener las creencias.

[Recuperamos este vídeo lección magistral de nuestro miembro de ASEC/ASIC, Martín Alonso, por su lamentablemente rabiosa actualidad]

Por eso sus características pueden agruparse en tres grandes apartados: dogmatismo, radicalismo y proclividad a la violencia. Explico un poquito cada uno de ellos. En el apartado del dogmatismo entrarían elementos como: una mentalidad cerrada, una creencia ciega, una rigidez mental, el blindaje cognitivo frente a la realidad, la intolerancia, la ambigüedad o la indiferencia al contraste racional. En el apartado del radicalismo o una disposición intransigente o intolerante, tendríamos elementos como: el autoritarismo, el puritanismo, la susceptibilidad a la influencia social consonante, el celo sectario, el sectarismo o la exaltación. Por último, en la proclividad a la violencia tenemos dos formas: la forma transitiva (matar) en el caso del terrorismo, muchas veces el terrorista es un fanático, o también el terrorista puede ser un suicida, es decir, el morir por la causa.

GlosarioVT (2.02.2021)