El peligro que nos amenaza

El peligro que nos amenaza

En conclusión, el resultado final de toda esta confrontación de voluntades es impredecible y podría ser catastrófico. Pero esto no quiere decir que nuestra propia voluntad equivalga a cero (vid. la carta de Engels a J. Bloch del 21-9-1890). Por débiles que seamos ahora, por difícil que sea el actuar dentro de una UE que sigue teniendo una situación privilegiada en la jerarquía mundial y cuyos dirigentes han decidido atar su suerte a la de EE.UU., no podemos limitarnos a observar. Es el momento de agitar, de hacer ver los peligros, de señalar al mayor responsable de los mismos y de unir solidariamente nuestra suerte a la de los millones de personas humildes que fuera de este “jardín” (Borrell dixit) padecen, por ahora mucho más que nosotros, las consecuencias de las decisiones de quien manda en la sedicente Comunidad Internacional.

Crónica Política (15.02.2024)