Calificar de revolución lo que pasa en Catalunya es para que la carcajada se oiga desde Berlín, o Pekín, salvo que el concepto revolución esté tan prostituido que el nacionalismo se haya convertido en algo revolucionario, en vez de significar, los grandes y pequeños nacionalismos, la división, el enfrentamiento y la guerra
Crónica Popular (17.11.2017)