En España no hay una izquierda sólida, coherente, con principios y valores que no sean una pura retórica, por muy “leninista” que se apellide, o por muchos procesos constituyentes, sorpassos y segundas transiciones de cartón piedra se invente. No hay un movimiento comunista con experiencia, convicción y organización para trabajar por la hegemonía de unas ideas de transformación democrática y socialistas.
Crónica Popular (26.01.2018)