Comunicado ASEC/ASIC (7.06.2018): Ante las declaraciones de la Consejera de Cultura de la Generalidad de Cataluña, Laura Borràs, expresando que considera al castellano “una lengua de imposición”, exigimos su dimisión

 

Es por todo ello que la ASEC/ASIC exige la dimisión de la Honorable Consejera de Cultura de la Generalidad de Cataluña, Laura Borràs i Castanyer por considerar que ha hecho dejación de su función de promoción, cooperación y difusión cultural, para la que ha sido elegida, de todas y de todos los catalanes; convirtiéndose en una herramienta más para la profundización de la división entre catalanes y entre españoles.

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Comunicado ASEC/ASIC (7.06.2018): Ante las declaraciones de la Consejera de Cultura de la Generalidad de Cataluña, Laura Borràs, expresando que considera al castellano “una lengua de imposición”, exigimos su dimisión . La nueva Consejera de Cultura de la Generalidad de Cataluña, Laura Borràs, considera que el castellano es una “lengua de imposición” y que Cataluña sufrió un “proceso de colonización” en el cual se llevó a cabo un proceso de “sustitución lingüística”, según manifestó el lunes, 4 de junio de 2018, en una entrevista en 8TV.

Con estas palabras, Borràs reafirma el contenido del manifiesto Koiné en contra del bilingüismo, del que es una de sus firmantes. El citado texto acusaba al franquismo de haber utilizado la inmigración para “colonizar” con el castellano.

Frente a este tipo de posicionamientos políticos del nacionalismo y, en especial, del actual Gobierno de la Generalidad de Cataluña, presidido por una figura caracterizada por posiciones de xenofobia y supremacismo étnico propias del ultrapopulismo y los discursos de odio, como ya denunciamos en nuestro Comunicado de 15 de mayo de 2018, nuestra Asamblea ya en su Manifiesto fundacional de 12 de mayo de 2016 defendía como objetivo la defensa de “un modelo lingüístico, en el conjunto de España, que, partiendo de la base de que la lengua es ante todo un instrumento de comunicación, sea respetuoso con la diversidad cultural y los derechos lingüísticos de los hablantes de todos los idiomas oficiales del país, sin discriminaciones de ningún tipo. En el caso concreto de Cataluña, ello quiere decir respeto escrupuloso del pluralismo lingüístico existente en la sociedad”.

En el mismo sentido, nuestro Documento ASEC/ASIC que lleva por título “La Cataluña que queremos para el siglo XXI” (Modelo propuesto para Cataluña) señala respecto a la “lengua en el territorio” que: “En una sociedad mayoritariamente bilingüe ―aunque de forma minoritaria aparezcan hablantes de muchas más lenguas que merecerían una consideración especial― plantear un modelo lingüístico que prime una lengua sobre los derechos y libertades de los ciudadanos, porque se pretende proteger una identidad basada en la lengua y su permanencia en un territorio, es simplemente expulsar a otros ciudadanos de un espacio de igualdad respecto a derechos y libertades. Eso en términos de democracia no es aceptable y además es una fuente de inestabilidad que tarde o temprano irá en contra de las libertades, de los derechos y del bienestar.

Cataluña ha sido hasta ahora una sociedad que permite el aprendizaje de dos lenguas prácticamente por ósmosis comunicacional, es decir, que, espontáneamente, las dos lenguas mayoritarias se aprenden fácilmente en su uso popular, bastando después el aprendizaje culto en el sistema educativo. Las sociedades bilingües permiten así, sin gran esfuerzo personal para el individuo ni presupuestario para la sociedad, aprender dos códigos de comunicación de forma no consciente y sin incidentes. Y el dominio de dos códigos lingüísticos facilita además el aprendizaje posterior de otras lenguas.

Desde que se inició el proceso de construcción nacional, ese hecho fue visto como un problema por los teóricos nacionalistas, que emprendieron la colocación de diques que dificultaran la conjunción lingüística, tanto en la escuela como en la vida cotidiana. Una de las dos lenguas fue vista como un elemento hostil que dificultaba la pervivencia de la otra lengua o al menos su posición dominante. Y en cuanto que a la lengua se la consideraba como el pilar fundamental de la identidad deseada, el bilingüismo ”natural” resultaba en la práctica no deseable. El intento de romper ese aprendizaje “osmótico” puede haber sido un éxito en aquellos lugares en los que el dominio de la lengua pretendida como hegemónica y dominante era mayoritario, dado que el dominio expresivo y culto de la otra lengua quedaba en la práctica abortado. Como corolario se conseguía que, en los lugares en los que era mayoritaria la otra lengua, la que no debía ser dominante, su uso culto dependiera del nivel de recursos familiares.

La presencia institucional y administrativa de ambas lenguas en todos los ámbitos sociales es una pieza fundamental para recuperar ese modelo de aprendizaje de las dos lenguas. Aceptando siempre que en el ámbito privado, el no institucional, son los ciudadanos los que eligen las modalidades de uso de ambas lenguas, decidiendo tanto el modo de relacionarse con su entorno como el modo de gestión de su vida cultural o personal.

En una sociedad bilingüe habría que establecer que la única obligación de los ciudadanos es no forzar a otros a cambiar de lengua. Que cada uno pueda expresarse en la lengua que considere que le va mejor según su propio criterio. Eso puede implicar un bilingüismo pasivo, es decir que uno puede hablar en una lengua y su interlocutor en otra, estableciéndose una comunicación fluida”.

Lo anterior es opuesto al posicionamiento expresado por la actual Consejera de Cultura de la Generalidad de Cataluña, como hemos indicado anteriormente,  que no es respetuosa con la diversidad cultural y los derechos lingüísticos de los hablantes de todos los idiomas oficiales en Cataluña y pretende, en definitiva, la discriminación de los castellanoparlantes al considerar su lengua como una imposición fruto de un hipotético proceso de colonización que pretendía nada menos que la sustitución lingüística.

Es por todo ello que la ASEC/ASIC exige la dimisión de la Honorable Consejera de Cultura de la Generalidad de Cataluña, Laura Borràs i Castanyer por considerar que ha hecho dejación de su función de promoción, cooperación y difusión cultural, para la que ha sido elegida, de todas y de todos los catalanes; convirtiéndose en una herramienta más para la profundización de la división entre catalanes y entre españoles.

Si compartes esta denuncia, te invitamos a firmar la siguiente petición change.org.