Sería bueno que nuestras jóvenes feministas leyeran a Alejandra Kolontäi y a Kate Millet y mí misma. Para que aprendieran que el feminismo no se descubrió cuando ellas lo conocieron. Y sobre todo que el verdadero feminismo exige el máximo respeto a los seres humanos, en todas sus vertientes, y que por tanto la relación sexual y amorosa ha de estar regida por la colaboración mutua y la sinceridad
Público (18.08.2018)