El fascismo, el peor mal

El fascismo, el peor mal

Llamar presos políticos a los dirigentes independentistas que desde el gobierno de la Generalitat, utilizando los fondos del Estado, durante años estuvieron agitando a la población con demandas de separación del resto de España en contra de la Constitución y las leyes vigentes; que aprobaron la secesión de Cataluña en el Parlament, quitándole la palabra a la oposición; que organizaron un ridículo referéndum semi clandestino e impulsaron a algunos seguidores a armar algaradas y a enfrentarse con la policía, es ciertamente una afrenta a los resistentes antifascistas que durante cuatro décadas nos arriesgamos, y sufrimos, a la tortura, la cárcel y la muerte por exigir libertades democráticas

Crónica Popular (15.12.2018)