De rebeliones y sediciones. Cinco (o +) aproximaciones Las reflexiones críticas de Miguel Candel

De rebeliones y sediciones. Cinco (o +) aproximaciones Las reflexiones críticas de Miguel Candel

[Crónicas sabatinas] ¡Por la fraternidad! ¡Contra la hispanofobia y la catalanofobia!

En este panorama, ¿qué podemos hacer? Irnos o callarnos, o formar parte de un nuevo segmento social jamás citado, el del exilio interior. Por primera vez desde el viejo régimen he escuchado la frase entonces manida: si no te gusta lo que ves aquí, eres libre de marcharte. Cuarenta y pico años después, y me consta que el “pico” fue muy largo, hay que repetir “¿y por qué no se van ustedes?”. No nos vamos, dicen, porque este país es nuestro y hemos de defenderlo de gente que no lo valora como nosotros. He llegado a escuchar, entre perplejo y alucinado, cómo un dirigente de la antigua Convergència de Pujol me explicaba que la independencia de Cataluña era inevitable. “Europa”, sentenció, “no podría vivir sin Cataluña”. Con estos mimbres es difícil hacer un cesto pero se puede intentar; los gastos están pagados. El diálogo, aseguran, es la única solución para salir de la confrontación. Y, añaden, un diálogo sin condiciones. No hay engaño más sutil. En todo diálogo uno busca conservar lo que tiene y apoderarse de lo que detenta el otro. Así ocurre hasta en los diálogos entre amigos; otra cosa son las conversaciones. No hace falta ser un lince para aventurar que con Puigdemont y su delegado Torra es imposible negociar, no tanto por un problema de principios sino porque no tienen nada que ofrecer. El derecho de autodeterminación parte del principio de una colonia que se quiere independizar de la metrópoli y hay que hacerse el ciego o ser muy cerril para que la mayoría de la sociedad catalana fuera capaz de engañarse tanto; un poco de supremacismo es de buen tono para las clases asentadas, pero mucho hace peligrar el tenderete. Gregorio Morán (2019)

Rebelión (26.01.2019)