Archivos del Autor: Joaquim Coll i Amargós

No hay que dramatizar

No hay que dramatizar

Ahora toca hacer las cosas bien, sin atropellar el derecho a la participación parlamentaria de la oposición. Es evidente que la calidad jurídica del actual TC tampoco es la mejor de todos los tiempos. Lo vimos cuando declaró nulo el estado de alarma para hacer frente a la pandemia, dejando como única alternativa el estado de excepción. Fue un auténtico disparate. Hace años que urge una reforma constitucional, pero como vemos es imposible, incluso para asuntos menores, terminológicos o cuestiones que técnicamente no suscitarían muchas discrepancias. Vamos cavando un pozo cada vez más hondo de inoperancia y bloqueo. La mayoría parlamentaria que sostiene al Gobierno no tiene otra que acatar, quejarse sin dramatizar, y entre todos bajar el tono bronco que no sirve para nada.

Crónica Global (21.12.2022)

Malversación, la gota que colma el vaso

Malversación, la gota que colma el vaso

Muchos catalanes hubiéramos preferido que se hubieran comprado unos cuantos apartamentos de lujo en lugar de atentar durante años contra la convivencia y llevarnos al punto de tensión social que vivimos en 2017

Lo más desconcertante de que Pedro Sánchez se avenga finalmente a reformar el delito de malversación para satisfacer a ERC es que no se ve por ninguna parte el beneficio que obtiene el PSOE. Con los Presupuestos ya aprobados, y habiendo pagado con la supresión de la sedición, esta nueva cesión solo se entiende como una compra anticipada, pensando en la próxima legislatura. Pero esa es una lógica insensata. Los republicanos no han dejado de ser separatistas, ni pedido perdón por nada, y dentro de un año podrán un nuevo precio para votar la investidura de Sánchez, si es que el líder socialista puede volver a sumar mayoría. En cualquier caso, reformar la malversación para favorecer a unos dirigentes políticos que, aunque no se hayan lucrado personalmente, gastaron dinero público en actividades que atacaban la democracia y la Constitución, es éticamente repudiable. Muchos catalanes hubiéramos preferido que se hubieran comprado unos cuantos apartamentos de lujo en lugar de atentar durante años contra la convivencia y llevarnos al punto de tensión social que vivimos en 2017.

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Derecho penal a la carta

Derecho penal a la carta

El Gobierno de Pedro Sánchez acertó con los indultos en 2021, utilizando una potestad exclusiva del Ejecutivo, asumiendo un riesgo político en favor de un bien superior, mejorar el clima sociopolítico en Cataluña una vez que los condenados por el procés ya habían cumplido buena parte de la pena de cárcel. Ahora se trata de perdonarlos por completo legislando a futuro, lo cual es peligrosísimo y democráticamente inaceptable. Diferente sería que en el marco de una reforma a fondo del Código Penal para defender la Constitución frente a golpes posmodernos, la sedición se eliminara, y que como consecuencia de esa mejora los condenados del procés se beneficiaran. Pero no es así. Ahora se pretende ejecutar una especie de amnistía encubierta haciendo un uso torticero de la ley más importante después de la Constitución.

Crónica Global (16.11.2022)

Presupuestos o elecciones

Presupuestos o elecciones

Una cosa es que Aragonès no quiera preguntar ahora mismo cuántos de los 135 diputados le apoyarían, ni tampoco crea conveniente ir a elecciones, pero lo que no puede hacer es mantenerse al frente del Govern, al que ha incorporado a exdirigentes del PSC, CDC y los comunes para vender imagen de transversalidad, si no saca adelante las cuentas para 2023

Crónica Global (12.10.2022)

Los dos errores de Aragonès y la comedia general del Parlament

Los dos errores de Aragonès y la comedia general del Parlament

En España ya tenemos una ley de la claridad, y se llama Constitución de 1978

Pere Aragonès desperdició la oportunidad de salir reforzado del debate de política general. En lugar de centrarse exclusivamente en las medidas anticrisis, de ahorro energético e impulso a las renovables, metió en el tramo final de su intervención la llamada “via canadiense” para la realización de un referéndum de autodeterminación. Fue un enorme error. La delicada situación económica exigía que el debate se ocupara solo de aquello que efectivamente puede hacer la Generalitat con sus competencias y recursos, que no son pocos.

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