Archivos del Autor: Lidia Falcón O'Neill

Cadena perpetua

Cadena perpetua

Ya sabemos que esta es la conducta habitual de la derecha, pero lo que no es aceptable es que se disfrace de “apolítica” y “apartidaria”, asegurando que esa medida no corresponde a un ideario reaccionario, caracterizado siempre por la crueldad con que ha castigado durante milenios todo delito

Público (19.03.2018)

Huelga de mujeres

Huelga de mujeres

El Partido Feminista de España hace un llamamiento para que durante las dos horas del paro que apoyamos y convocan las centrales sindicales, se produzcan interrupciones en los centros laborales, plantes en la puerta de las empresas, los hospitales, las escuelas, las Universidades, en las plazas de las ciudades y pueblos, en la puerta del Parlamento, de los Parlamentos regionales, de los Ayuntamientos y Diputaciones, visibilizando con ello la lucha feminista y nuestro decidido enfrentamiento con las crueles normas y actuaciones del Patriarcado y el Capital contra las mujeres.

Público (14.02.2018)

Madres víctimas de trata

Madres víctimas de trata

Desde el Partido Feminista de España hacemos un llamamiento iracundo y desesperado a los medios de comunicación españoles, a nuestros gobernantes, a nuestros representantes en los Parlamentos e instituciones, a nuestros europarlamentarios, a nuestros partidos políticos, a todo el Movimiento Feminista, para que publiquen esta información y la amplíen, y exijan explicaciones en los foros internacionales y en las reuniones con el gobierno de Argentina, sobre esta masacre de mujeres que tiene que avergonzar no sólo a los responsables de la política argentina sino a toda la humanidad.

Público (9.02.2018)

 

Vientres de alquiler: una explotación de la mujer

Vientres de alquiler: una explotación de la mujer

Se trata de organizar un mundo de explotaciones legales, de humillación y utilización del cuerpo de las mujeres, con el beneplácito de las masas adoctrinadas por esa filosofía del engaño que el poder elabora muy astuta y eficazmente, hasta convencer a quienes se creen defendiendo derechos, libertades y fraternidades, cuando son los cómplices necesarios de un futuro distópico en que los poderosos poseerán el cuerpo y el alma de los desposeídos. Sobre todo sin son mujeres.

Público (1.02.2018)