La izquierda no debería sentirse cómoda teniendo como interlocutores a aquellos que acogen a pistoleros de un proyecto etnicista, racista y totalitario como el de ETA
A través de las redes sociales tuve acceso a la carta que María Teresa Castells, una de las fundadoras de la Librería Lagun de San Sebastián, envío a El País en 1996. La compartía, oportunamente, su nieto Martín Recalde.