Archivado con la Etiqueta: Joaquim Coll

Conflicto irresoluble, diálogo inagotable

Conflicto irresoluble, diálogo inagotable

Estamos ante un empate de impotencias. Ni el secesionismo tiene fuerza para imponer la autodeterminación ni el constitucionalismo puede obviar que hay un problema que hasta ahora ha causado un daño institucional considerable.

A estas alturas conviene aceptar que el llamado conflicto sobre el futuro político de Catalunya que los gobiernos de España y la Generalitat quieren encauzar a través del diálogo es irresoluble. Parafraseando a Ortega y Gasset solo se puede “conllevar”. Para los independentistas el único sentido de esa mesa es poner las bases para la celebración de un referéndum de autodeterminación. En cambio, ningún Gobierno español, sea del partido que sea, puede abrir la puerta a un proceso de secesión sin antes o en paralelo iniciar una reforma agravada de la Constitución tan compleja como de casi imposible culminación a medio plazo. Además, pese a las duras acusaciones del PP, tampoco el PSOE va a poner nunca la unidad territorial en el mercado de la negociación, aunque por razones de dependencia en el Congreso se preste a escuchar a ERC, pero dejando muy claro que tanto la amnistía como el referéndum son infranqueables. Así pues, estamos ante un problema sin solución ni desde el diálogo, ni por la vía unilateral, como quedó demostrado en 2017. 

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‘Reductio ad fascismus’

‘Reductio ad fascismus’

Acusar de ‘fascista’, como ha hecho la ‘consellera’ Geis con la Asamblea por una Escuela Bilingüe, es una técnica que los separatistas practican a menudo

La ‘consellera’ de Recerca i Universitats, Gemma Geis, ha calificado a la Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB) de “fascista”. Lo hizo en TV-3, dónde si no, televisión que como recordaba Ferran Monegal -a propósito de las últimas informaciones sobre la trama rusa- practica una auténtica “espiral de sectarismo” informativo. Estas lindezas por parte de un miembro del Govern son muy graves porque no podemos olvidar que Geis es una autoridad pública que, en lugar de mostrar respeto hacia una entidad de la sociedad civil sin ánimo de lucro, la descalifica mediante el recurso del ‘reductio ad fascismus’. Esta técnica es algo que los separatistas, particularmente desde que empezó el ‘procés’, practican a menudo contra los partidos constitucionalistas, pero también para estigmatizar a las asociaciones contrarias a las tesis nacionalistas. Recordemos que Raül Romeva en 2016, entonces ‘conseller’ del Govern de Puigdemont, llamó “falangistas” a los manifestantes convocados por Societat Civil Catalana que denunciaban la preparación de un golpe parlamentario contra la legalidad estatutaria y constitucional, como así sucedió el 6 y 7 de septiembre de 2017.

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Documental: La Diada. Una Historia Crítica.

Documental: La Diada. Una Historia Crítica.

Video realizado por Historiadors de Catalunya sobre la Diada y su significado aportando una visión poco conocida de la Guerra de Sucesión en Cataluña. Nueve historiadores y especialistas ha colaborado en este video ofreciendo una imagen apenas conocida del conflicto que marcó el destino de la Cataluña que conocemos hoy en día. Los historiadores colaboradores en este video son: Ricardo García Cárcel, catedrático emérito de historia moderna de la Universidad Autónoma de Barcelona Mª de los Ángeles Pérez Samper, catedrática emérita de historia moderna de la Universidad de Barcelona. Daniel Rubio Ruiz, profesor de historia económica de la UNED Cervera. Jordi Canal i Morell, profesor de la École des hautes études en sciences sociales de París. Alberto Luque, profesor de historia del arte en la Universidad de Lleida. Joaquim Coll i Amargós, historiador y artículista. Roger Molinas Amorós, arqueólogo. Luis Sorando Muzas, vexilólogo. Óscar Uceda Márquez, historiador, presidente de l’ Associació d’Historiadors de Catalunya AC.

Historiadors de Catalunya (septiembre de 2021)

Amor (por el catalán) que mata

Amor (por el catalán) que mata

Ningún dato sociolingüístico avala las razones para el pesimismo, excepto para los que creen que el catalán solo tiene garantizado su futuro si desplaza al castellano como lengua más hablada entre los propios catalanes

Cada cierto tiempo, a raíz de alguna nueva encuesta, se encienden las alarmas sobre la salud del catalán, particularmente sobre el uso que hacen los jóvenes del área metropolitana, donde muchos sociolingüistas creen que se juega su futuro, lo que para algunos es tanto como decir su supervivencia. Con el catalán se reacciona de forma bipolar, o se celebran sus progresos de forma hiperbólica, o se abunda en la angustia existencial ante cualquier aparente retroceso. Esto segundo es lo que ha sucedido este agosto, a propósito de la Enquesta a la Joventut de Barcelona 2020, según la cual el porcentaje de jóvenes que tiene el catalán como lengua habitual habría caído 7 puntos desde 2015 (del 35,6 al 28,4). Sin embargo, el cambio metodológico del estudio no permite la comparación, pues antes se preguntaba solo a los empadronados en la ciudad, mientras que esta vez se ha hecho a todos aquellos que llevan viviendo como mínimo seis meses. Barcelona atrae a muchísimos jóvenes que, por estudio o trabajo, proceden de otras partes de España o del extranjero, y eso influye en que el uso del catalán sea menor que la media, lo que ya fue motivo de reflexión en 2020, al publicarse la Enquesta d’Usos Lingüístics. Entonces, algunos ya lloraron su muerte, cuando lo importante era que el catalán seguía creciendo en hablantes y progresando en cuanto a transmisión generacional.

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Mentiras para todos los gustos

Mentiras para todos los gustos

El mundo secesionista, ya sea Junts, CUP o ERC, sigue enganchado a sus falsedades y autoengaños

Cuando uno regresa a la actualidad de la política catalana tras unas semanas de desconexión, comprueba tristemente que el mundo secesionista, ya sea Junts, CUP o ERC, sigue enganchado a sus mentiras y autoengaños. A diferencia de las fantasías que repetían casi al unísono durante los años álgidos del ‘procés’, ahora ya no todos dicen ni proponen lo mismo. Les sigue singularizando la hipérbole y el bulo, pero reparten falsedades para todos los gustos. Veamos. Por un lado, hay las trolas supinas que los más duros sueltan en ese foro de ‘hooligans’ que es la Universitat Catalana d’Estiu, que no es universidad ni nada, sino un mero pasatiempo subvencionado, claro está, por la Generalitat con el dinero de todos los catalanes. Por ahí han pasado el duo cómico que forman Quim Torra y Laura Borràs, reunidos para maldecir la mesa de diálogo mientras aseguran que en cualquier momento el Parlament podría activar la DUI. Por su parte, el vicepresidente del Govern, Jordi Puigneró, ha hecho su particular oda a la unilateralidad e insistido en que “lo volveremos a hacer tantas veces como haga falta”. Pero el mayor disparate ha ido a cargo de la alcaldesa de Girona, Marta Madrenas, que ha pedido ya mismito “desequilibrar al Estado español” con el aplauso de Mireia Vehí, diputada de la CUP, quien en su turno ha hecho una llamada a la confrontación. 

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Descarbonizar en serio

Descarbonizar en serio

Si nos tomamos en serio el objetivo de descarbonizar tanto la economía como la movilidad, tenemos que dejar atrás la fobia nuclear

A medio plazo, la humanidad no tiene nada más importante que tomarse en serio la supresión de los gases con efecto invernadero para mitigar el cambio climático y evitar una sucesión de escenarios apocalípticos que se producirán si no frenamos el aumento de la temperatura por encima de 1,5ºC. Una visita al atlas interactivo elaborado por un grupo de investigadores del CSIC a partir del último informe del IPCC nos alerta de cuáles serán las consecuencias de alcanzar subidas de entre 2 y 4ºC, particularmente negativas en la cuenca mediterránea. La gravedad del problema nos obliga a ser muy realistas, a debatir sin tabús y a no confundir los deseos con la realidad. La cancillera alemana Angela Merkel reconoció hace pocas semanas que no es posible alcanzar el objetivo de reducción de emisiones para 2030 –un 55% de gases CO2– solo con las energías renovables, lo cual plantea la cuestión de la llamada transición energética. Y aquí es cuando aparecen estrategias diferentes sobre las que debemos reflexionar, pero que en España pasamos de puntillas.

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¿Nucleares? Sí, gracias

¿Nucleares? Sí, gracias

El debate energético

La energía nuclear es sin duda una aliada en la lucha contra el cambio climático, y es absurdo que vayamos cerrando centrales cuando deberíamos construir nuevas

Cuando analizamos fríamente la energía que necesitamos, la capacidad que tenemos para producirla, el desorbitado precio de la luz en España y el gravísimo problema de las emisiones de CO2, uno se pregunta por qué estamos renunciando a las nucleares. Para plantearnos esta cuestión hemos de ser capaces de superar ciertos tabús que han derivado en un miedo exagerado a lo nuclear. El símbolo que todavía algunos recordamos es aquella pegatina –pacifista y ecologista– de finales de la década de los 70 con un sol sonriente y el lema “¿Nucleares? No, gracias”. En el imaginario se contraponía el mundo atómico de la guerra fría con la promesa solar como fuente segura, pacífica e inagotable de energía. El remate fueron tres accidentes nucleares: Harrisburg (1979), Chernobyl (1986) y Fukushima (2011). Pero han sido casos realmente excepcionales. El primero fue debido a un error humano que no se ha vuelto a repetir en Occidente porque obligó a muchos cambios. El segundo, a la combinación de un mal diseño del reactor, a la falta de un recinto de contención, y a una cadena de despropósitos en el marco de un régimen soviético en descomposición, sin agencia de seguridad independiente. Finalmente, Fukushima nada tiene que ver con lo anterior. La central japonesa se construyó en una zona sísmica y hubo un tsunami. Pero el material radioactivo no salió al exterior porque había vasija y se activaron todos los protocolos. Junto a estos tres graves accidentes, hay en la actualidad 442 centrales nucleares que funcionan correctamente y suministran el 11% de la energía mundial.

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