155. Y el tigre se quedó en gatito
El esperpento de Puigdemont no deja de ser muy español, pretender convertirse en “Presidente en el exilio” (nuevo Dalai Lama europeo) es risible en el actual entorno político. Ya no tenemos a Berlanga para que haga una película con los mimbres que aporta la patética huida a Bruselas. Solo queda la posibilidad para Puigdemont de acabar encerrado en una embajada. Parece que Israel tiene muchos números, al estilo de su bien pagado amigo Julian Assange
Crónica Popular (3.11.2017)