El Foro de las Izquierdas No Nacionalistas (FI·ENN) considera que el llamado procés secesionista tiene un carácter supremacista y etnicista.
El nacional-secesionismo ha abortado desde 2011 los movimientos de reivindicación ciudadana contra los recortes sociales y el sistema oligárquico y corrupto en Cataluña, al conseguir desviar deliberadamente la atención, con su insolidario discurso rupturista, de los principales problemas sociales que padecen diariamente las clases populares catalanes, truncando así los anhelos de cambio que todas estas movilizaciones generaron.
[ASEC/ASIC participa en el FI·ENN]
Es secesionismo catalán, cuyo origen es neoliberal, fundamenta su propósito en una falsa discriminación territorial que no existe. Las injusticias sociales se dan en Cataluña igual que en el resto de España, independientemente de los niveles de desarrollo e industrialización de cada zona del país.
Por otro lado, el talibanismo de Puigdemont y sus acólitos arrastra a nuestras instituciones al desprestigio absoluto, tanto entre nuestros convecinos de Cataluña y de toda España, como en el ámbito internacional.
El secesionismo catalán esta alimentando la leyenda negra, una falsedad que cierta prensa extranjera se apresta pronto a jalear.
Por su parte, algunos de los autodenominados CDR, en nombre de un falso pacifismo, alientan con sus actuaciones proto-fascistas un grave peligro de confrontación violenta.
Se está mancillando y banalizando el noble concepto de República, que debe concebirse bajos los principios de igualdad, solidaridad y fraternidad, lejos del carácter supremacista, elitista e insolidario que se desprende del movimiento independentista.
Entendemos que el artículo 155 de la Constitución, independientemente de su confuso redactado y de su aplicación, es una herramienta legítima en cualquier estado de derecho. La responsabilidad de que siga, lamentablemente, aun en vigor, es del nacional-secesionismo.
La falsa equidistancia del aparato de dirección de Els Comuns, con su “ni DUI ni 155”, esconde una vergonzosa posición de palanganeros y escuderos del “procesismo”, lo que genera frustración y desorientación de buena parte de sus bases y de sus potenciales votantes.
Esta posición ambigua, sumisa y cómplice de la cúpula de Catalunya en Comú Podem con el independentismo, junto al mantenimiento de rémoras nacional-catalanistas del PSC, como es la defensa dogmática de la mal llamada inmersión lingüística, deja a los votantes de izquierdas y no nacionalistas huérfanos de representación parlamentaria. Es evidente que esto, como se demuestra comparando los resultados de las últimas elecciones generales y autonómicas, ha generado un importantísimo desplazamiento de votos hacia C’s.
La asunción por estas formaciones políticas del soberanismo nacionalista, ha supuesto de facto un abandono de los ideales de fraternidad de las clases trabajadoras del conjunto de España. Esta desviación hacia el nacionalismo afecta también a los grandes sindicatos CCOO y UGT, convocantes de la manifestación del próximo 15 de abril en favor del secesionismo, que esta generandodesafección y bajas entre los afiliados.
La izquierda de ámbito nacional es corresponsable de este proceso de fractura social, a causa de su histórico complejo ante el nacionalismo y su incapacidad para tener un proyecto común y de izquierdas para España.
La tan reclamada unidad de la izquierda no puede construirse sobre el arrinconamiento de aquellos que queremos un proyecto común. En ese sentido se vuelve paralizante y hace perder el norte de los ideales de emancipación de clase. Es hora de plantearse la necesidad de crear un referente de izquierdas con un proyecto nacional, no nacionalista, en Catalunya y en el conjunto de España. Un referente político que, asumiendo la pluralidad y diversidad de España, también de Europa, se enfrente a aquellos que pretenden la homogeneización y el pensamiento único en Cataluña, dado que esta es, si cabe, más diversa y plural que España en su conjunto.
Barcelona, abril 2018.
Secretaría FI·ENN