Euskadi 1960-2011. Dictadura, transición y democracia. Madrid: Biblioteca Nueva, 2017
Como catalán he de decir que no he podido evitar hacer un paralelismo entre el proceso de deriva soberanista de Euskadi y el que padecemos en Cataluña. Hay algo que parece calcado: un relato nacionalista, distorsionado y mítico, que se va apoderando del imaginario social. Un esquema que se repite: nacionalismo que empieza gobernando en el marco autonómico pero que deriva hacia un soberanismo en el que ya no importa gobernar sino dar un salto político que es un salto en el vacío. Años en los que el nacionalismo moderado (PNV, CDC) articula un frente soberanista en el que cae en manos del voto extremista (abertzales, CUP). Un totalitarismo que ve imponiendo en la exclusión de los ciudadanos que no se identifican con el proyecto soberanista. Lo que se dió como tragedia parece repetirse como comedia. No ha existido en Cataluña esta “comunidad de violencia” que existió en Euskadi, afortunadamente. Pero las consecuencias también son dramáticas.
Rebelión (17.05.2018)