Por el derecho a ver un elefante de verdad
La imposición que denuncio es un verdadero atentado a la pluralidad y a la convivencia. Un claro ejemplo de fundamentalismo, más propio de tiempos que creíamos superados. Una muestra clara de supremacismo por parte de una minoría que, creyéndose en posesión de la verdad, impone su opción al resto. El movimiento animalista ha intoxicado totalmente la legítima preocupación por el bienestar animal, creando un discurso de lo que es políticamente correcto sobre el tema, aceptado de forma sumisa por la clase política y gran parte de los medios de comunicación. ¿Parque Zoológico de Barcelona? Delenda est.
Metrópoli Abierta (15.05.2019)