La gravedad de la situación y el asfixiante ambiente que se vive en la sociedad catalana deberían conducir a una reacción cívica por parte de las fuerzas progresistas y democráticas para combatir la inquietante deriva antidemocrática del movimiento independentista que cada vez guarda más puntos de contacto con los nacionalpopulismos reaccionarios que lamentablemente están floreciendo en Europa. Especialmente, cuando sus dirigentes están esperando la sentencia del juicio para incrementar aún más la tensión existente en la sociedad catalana y para justificar un segundo asalto en el camino hacia la independencia contra la mitad de la población del país.
El Viejo Topo (20.06.2019)