La orden de la Generalitat en su cónclave a puerta cerrada con 1.000 profesores: «El 80% tiene que ser en catalán en cinco años»

La orden de la Generalitat en su cónclave a puerta cerrada con 1.000 profesores: «El 80% tiene que ser en catalán en cinco años»

El Govern se «conjura» con colegios «preocupados por el aumento brutal de castellano»

«El objetivo es pasar del 40% del uso del catalán en interacciones entre el alumnado que tenemos en 2023 al 60% en 2026 y al 80% en 2028». La Generalitat desgranó el martes ante 1.000 profesores de 800 colegios especialmente comprometidos con la inmersión lingüística su plan para desterrar el castellano de la escuela.

El cónclave -a cuyo contenido íntegro ha tenido acceso El Mundo- tuvo lugar a puerta cerrada y estuvo presidido por el consejero de Educación de la Generalitat, Josep Gonzàlez-Cambray, y por el director general de Lenguas del Departamento, Joan Cuevas.

Fue este alto cargo de Educación el que fijó el objetivo del 80% de estudiantes enteramente catalanoparlantes a cinco años vista y también el que defendió la inmersión como «un mecanismo de compensación sin el que una gran parte del alumnado no sería competente en catalán», idioma que retrató como «un importante ascensor social».

Cuevas ofreció a los directores y profesores presentes en el encuentro «mejor apoyo jurídico» tras predecir que la Generalitat seguirá «teniendo encima la judicialización», puesto que el Tribunal Constitucional debe determinar si la ley y el decreto aprobados por el Govern para sortear la sentencia del 25% de castellano son constitucionales.

«Fuimos capaces de hacer inaplicables los porcentajes de lenguas en las aulas del país. Ahora hay que pasar a la acción por el catalán, tenemos que conjurarnos», sumó Cambray en tono de arenga.

Le escuchaban representantes de los primeros 800 centros adheridos al Programa de Usos Lingüísticos en el Ámbito Educativo (ULAE), con el que la Generalitat pretende impedir que tanto los alumnos como los profesores se relacionen en castellano, ya sea dentro del aula o fuera de ella, durante sus conversaciones informales.

El Govern se propone integrar a un centenar de colegios al año a este programa de inmersión reforzada hasta alcanzar los 3.400 que conforman el sistema educativo de Cataluña, según confirmó también en el cónclave el director de Lenguas del Departamento de Educación, que llamó a «hacer grande la mancha de aceite» del catalán.

Fijados los «hitos» a conquistar, la Generalitat cedió la palabra a los docentes de centros ya adheridos al programa de imposición lingüística ULAE, que acudieron para compartir sus métodos de trabajo.

«Hemos notado un incremento brutal de la lengua castellana en los usos informales y formales del alumnado y cambiar esta dinámica es muy complicado si no vamos todos a una», lamentó la representante de un centro de Tarragona. Otra, de un colegio de Tortosa, añadió: «Nos dimos cuenta de que nuestro alumnado usaba el castellano en las redes sociales y nos preocupó. Nos pusimos en contacto con la Secretaría de Política Lingüística para promover el catalán en su vida privada». Un centro afincado en la localidad barcelonesa de Santa María de Palautordera aseguró que «el año pasado casi todos los niños dejaron de hablar catalán» y otro de Blanes se felicitó por «hacer todas las reuniones en catalán a pesar de que en la escuela la mayoría de familias con castellanohablantes, aunque han nacido y han sido escolarizadas en Cataluña».

Con el fin de combatir este presunto aumento de castellano en los colegios, la Generalitat está también presionando a las escuelas para que obtengan más datos lingüísticos de sus profesores y alumnos a través de nuevas encuestas sociolingüísticas. El último sondeo remitido a los centros -que ilustra este artículo- pregunta a los docentes «con qué frecuencia» usan el catalán «en pasillos o patios», «con qué dificultades» se han topado para «mantener el catalán como lengua vehicular de comunicación y aprendizaje en el aula y el centro» o con «qué obstáculos» se han encontrado «porque el alumnado no domina suficientemente el catalán».

El Mundo (30.03.2023)