Barcelona, emoción o estrategia
La foto de las superillas es bonita, apela a las emociones, a los buenos deseos, evoca el sueño de vivir en un pueblo, pero destroza la función estratégica del Eixample y genera nuevas desigualdades. La prueba es que será imposible seguir extendiendo el modelo superillas hasta convertir todo el distrito central en un área peatonal sin que la movilidad y la economía de la ciudad colapsasen. Emoción o estrategia, de eso van estas elecciones.
Crónica Global (3.05.2023)