Ponerse el hiyab no es fácil, conlleva una lucha interna importante porque ponérselo supondrá un antes y un después para su vida. Pero quitárselo, es una tarea titánica de la cual, es muy difícil salir porque tendrás de frente a toda tu familia amenazándote con el repudio y al Tribunal Social Islámico con el ostracismo.
Periodismo alternativo (24.05.2023)