Seguro que casi o nada les sorprendió.
A mí, en cambio, sí. Una cosa.
La compañera trabajadora que apareció en la primera parte del programa explicó la causa desencadenante de su entrada en desgracia y persecución: su intención de presentarse en unas elecciones sindicales en la listas de la Confederación Intersindical Gallega. El jefe se enteró antes de que fuera público, no se sabe cómo pero podemos imaginarlo. Los chivatos son los chivatos. La mandó llamar, le señaló el “disparate” humano y laboral que iba a cometer y le sugirió la posibilidad de presentarse en las listas de CCOO o UGT. Entonces, en ese caso, le señaló, no habría ningún problema.
Rebelión (30.11.2016)