Porque una elección en Barcelona solo se puede ganar con votos populares. El abstencionismo fue muy importante en las últimas municipales (alrededor del 40%) y, tradicionalmente, dicha abstención incide especialmente en los sectores económicamente más débiles, los mismos sectores que fueron en 2015 mayoritariamente cautivos del populismo de los Comunes. Atraerlos hacia una candidatura inequívocamente comprometida con el Estado de derecho y la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos, privaría, complementariamente, al independentismo de los beneficios que ha obtenido gracias a la ambigüedad de Ada Colau. El problema es construirla. ¿Será Manuel Valls capaz de ello?
Crónica Popular (13.10.2018)