Los agricultores ante la globalización
Se equivoca la izquierda cuando desprecia las protestas de sectores que no son convencionales dentro del clásico esquema capital-trabajo. Se trata de un malestar identificable con los desequilibrios de la globalización.
La pandemia puso de manifiesto algunas costuras de un mundo globalizado sin reglas políticas comunes y con importantes desequilibrios entre Estados. Durante años, se consideró inevitable e incluso conveniente que el sur de Europa cultivase un modelo productivo especializado en el sector servicios. Vimos entonces, de forma palmaria, cómo esa terciarización tenía importantes externalidades negativas. En el momento de mayor tensión sanitaria y social, España vio sus carencias reflejadas frente al espejo, empezando por la más simple y manifiesta incapacidad de producir mascarillas y demás material sanitario, con una alarmante dependencia del exterior.