La Corona, el dedo, la luna y dos elefantes
De modo que mientras dilucidamos si corona o no corona, los elefantes desmochan las nervaduras del Estado para ponerlo del revés. La monárquica Mato con su Jaguar –invisible–, los republicanos indepes Vendrell y Boye con la suntuosa villa Bugatti o las plusvalías sitomiñancas. Non olet, non videtur. Netanyahu,Trump, Orban, Sabinsky, Bannon, Zuckerberg… La internacional paquidérmica. Escribe el historiador James Gleick: “Lo que parecía aterrador e inmoral hace cincuenta años ahora se da por sentado” (NYR, 08/10/2020). Fue justo entonces cuando el fanático Hayek formuló el dogma del beneficio como fin supremo. Y único: vade retro bien común, delenda est igualdad. Y se convirtió en el padre de los elefantes, invisibles como la mano de Smith.
El Triangle (22.01.2021)