La inmersión ha muerto, viva el bilingüismo
El camino es largo y, si nos dormimos, «ho tornaran a fer». Pero hay esperanza: en 2017, la mayoría silenciosa y no nacionalista salió a la calle. Seguramente, los partidos constitucionalistas, desde entonces, han decepcionado bastante; pero, desde la izquierda -porque al nacionalismo hay que derrotarlo desde la izquierda- hay gentes que estamos trabajando para dotarnos de una herramienta que, desde posiciones de clase, luche por la igualdad de todos, vivan donde vivan. Luchar contra la inmersión, por el bilingüismo, es más que defender una lengua: es defender una visión de España plural pero, sobre todo, igualitaria.
El Mundo (8.03.2022)