Los casos de mentiras para manipular a la opinión pública no han hecho más que crecer hasta el punto de que hemos pasado a un nivel mucho más sofisticado: los ‘hechos alternativos’, que cuestionan la propia noción de verdad
Pedro Sánchez ha negado categóricamente que se disponga a hacer cambios en su Gobierno. “Ni tan siquiera se me ha había ocurrido”, ha dicho al ser preguntado mientras visitaba la isla de La Palma. Que lo desmienta ante la oleada de rumores que han publicado algunos medios madrileños no tiene nada de particular. “Nadie ha colocado la veracidad entre las virtudes políticas”, escribió la filósofa Hannah Arendt, cuyas reflexiones sobre los conceptos de verdad y falsedad hace medio siglo nos siguen iluminando, y que la editorial Página Indómita tradujo en 2017. En base a los criterios de Arendt en ‘Verdad y mentira en política’, la falsedad de Sánchez, en el caso de que lo fuera, sería legítima, aunque sea difícil de creer que al presidente del Gobierno no se le haya pasado por la cabeza efectuar algún tipo de remodelación ministerial.