El presidente del Gobierno podrá tomarse las uvas de 2023 con la satisfacción de haber aprobado tres presupuestos, un montón de medidas y leyes, y haberse situado como unos de los políticos europeos más sólidos que hay
La suerte suele acompañar a los que no son temerosos y Pedro Sánchez es un político tenaz que va a agotar hasta el último día una legislatura por la que muchos no daban un duro cuando empezó. Un Gobierno de coalición débil, el primero en España desde 1977, sustentado en una mayoría parlamentaria cogida con alfileres, ha sobrevivido a circunstancias mundiales y nacionales realmente adversas. Sánchez podrá tomarse las uvas de 2023 con la satisfacción de haber aprobado tres presupuestos, un montón de medidas y leyes, y haberse situado como unos de los políticos europeos más sólidos que hay. 2022 ha sido un buen año para Sánchez, un año de suma y sigue. Ha soldado con plomo los apoyos que recibió en la investidura y está logrando sacar buena nota en la cuestión siempre más delicada para un gobernante, la economía.