El líder israelí pone a los demócratas de EE UU en el brete de perder (votos projudíos, si se le enfrentan) o perder (votos árabes, si no lo hacen)
«¿Cómo concilia Israel una ocupación permanente con sus ideales democráticos? ¿Cómo hace Estados Unidos para seguir defendiendo eso y a la vez estar a la altura de nuestros propios ideales democráticos? Nadie ha dado nunca buenas respuestas a esas preguntas porque no las hay». Así se expresaba un secretario de Estado saliente a finales de 2016, tras la victoria de Donald Trump. El discurso merece una lectura detenida porque ilumina un ángulo ciego: No creo que mucha gente en Israel, y desde luego en el mundo, tenga idea de la extensión y sistematicidad que ha adquirido este proceso (la ocupación)». Añade que la coalición de gobierno presidida por Netanyahu es la más extremista de la historia de Israel, teniendo a gala el haber adoptado la posición «más comprometida con los asentamientos».